jueves, 24 de noviembre de 2011

Una casa de arenisca....

Su padre y él habían tendido aquel suelo de cemento frenéticamente, el día en que un camión trajo unos dos metros cúbicos de hormigón ya mezclado en un pegote gigantesco. Él debía tener entonces unos quince años, y su padre cuarenta y muchos.

El suelo del sótano de aquellas granjas viejas solía ser de tierra, la arcilla roja de la región más o menos apisonada y endurecida, salvo cuando en primavera lloraban los cimientos y se hacía barro. Su padre habló con gente de la construcción, y señaló con tablones la plataforma para la caldera, y hundió en la tierra una cañería cerámica de drenaje, y tiró cordeles por aquí y por allá para determinar el nivel y la inclinación, pero en ninguno de esos preparativos se contaba con las alarmantes dimensiones del hormigón cuando llegó, fraguando lentamente, a primera hora de aquella mañana de sábado. Con rastrillos y palas, tablas y paletas había que empujar y arrastrar y allanar el material recalcitrante hasta los rincones, bajo la escalerilla y hasta la boca del drenaje.
Su padre estaba lívido por el esfuerzo, como varios años antes cuando hubo que cargar con las piedras de la chimenea, y fue una odisea interminable, a la luz de unas pocas bombillas desnudas, la carrera angustiosa con el tiempo y la materia, porque el hormigón iba poniéndose cada vez más duro, y al secarse exprimía el agua a la superficie y exudaba su sonoro olor subterráneo, su olor clandestino a piedra. Fue sorprendente lo bien que quedó el suelo, tras aquella jornada de sudoroso pavor: liso, gris y con un delicado desnivel, de modo que tras inundarse apenas persistía algún charquito.

A veces, en la perspectiva moteada del recuerdo, parecía como si en el sótano hubiera habido con ellos un tercer hombre, algo así como un profesional, porque parecía mentira que entre su padre y él, un profesor de ciencias sociales y un aspirante a poeta, hubieran podido solar un sótano tan bien.


Texto_Una casa de arenisca, Lo que queda por vivir de John Updike.
Dibujos de G.Rubio_2011

1 comentario:

  1. Gracias por poner aquí los dibujos, chavales.
    Estoy segura de que el sótano quedará de maravilla, y que de todo tronco podrido puede surgir una gran obra. Me sumo a la idiocia.
    Besos.
    Gabi.

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